Nunca jamás

Nunca jamás

He hecho trampa con las pastillas de la memoria. Las oculto en el hueco de la muela de juicio y, cuando la enfermera se marcha, las escupo entre los geranios. Cada día están mustios. El truco me lo enseño James, mi compañero de habitación, un tipo algo cascarrabias pero de los más veteranos. Él lleva un par de semanas haciéndolo. Yo, aconsejado por él, empecé la semana pasada. Y la verdad, creo que ya nos está haciendo efecto a ambos. A mí la ropa me queda cada día más grande.Él está cada día más obsesionado con los los relojes y repite enfurruñado mi nombre en sueños. Hoy, a la hora de la siesta, me ha parecido escucharle exigir con vehemencia a la supervisora que le devolviera de inmediato su garfio. Yo, sin saber porqué, he empezado a pensar cada día en cosas más alegres. Anoche, cuando apagaron las luces, hasta me pareció ver su estela.
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